Salmo
¿Por
qué me has abandonado? ¿Por qué estás lejos de mi (cl)amor y mis gemidos? Te
invoco de día y de noche, y no encuentro descanso.
En ti confiaron nuestros padres.
Pero yo soy un gusano, no un hombre,
los que me ven se burlan de mí, hacen una mueca y mueven la cabeza, y no hay
nadie para socorrerme.
Me rodea una manada de novillos, me
acorralan toros, abren sus fauces contra mí.
Soy como el agua que se derrama y todos
mis huesos y mi corazón se han vuelto como cera, y se derriten en mi interior.
Yo puedo contar todos mis huesos; ellos
miran con aire de triunfo.
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