domingo, 6 de julio de 2014

XXIV.

Apocalispsis
         Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida de sol.
         Y apareció en el cielo otro signo: un Dragón rojo como el fuego. Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo. El Dragón se puso delante de la Mujer, su trono y el desierto. Entonces se libró una batalla, y se escuchó una voz:

Despreciaron su vida hasta la muerte, ¡que se alegren los que saben que les queda poco tiempo!  

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